Homenaje a la novela La colmena

Bajo el Grandioso Puente Doria I, colosales arcadas albergaban cientos de hogares donde los íbaros habían improvisado edificios, (…) un nuevo —pero humilde— asentamiento gris, sobrio e inhóspito, que parecía apagar el brillo del sol, pero que daba cobijo a cientos de íbaros de la carda.

Como ya te he dicho en varias ocasiones, La historia triste de un hombre justo está llena de referencias y menciones a elementos de nuestra cotidianeidad y nuestras vidas. Así que, a medida que fui construyendo mi mundo mediante ese proceso al que muchos llaman worldbuilding, fui añadiendo pinceladas de otros lugares, libros y experiencias.

Ísbar, la ciudad-Estado donde discurre la novela, también está llena de guiños a la literatura. ¿Cuál es el pequeño guiño al que me refiero con esta newsletter?

La Colmena

En mi historia existe un puente importante que conecta el Distrito Central con el Palacio Imperial de la ciudad-Estado de Ísbar; un palacio que se halla, por cierto, sobre una altiplanicie rodeada por las aguas del río principal del país, que caen en cascada a ambos lados del edificio hacia una garganta. El viaducto que salva esta garganta otrora fue un acueducto para transportar las aguas del río. En la actualidad se utiliza como un puente gigantesco que se encaja en la grieta: el Gran Puente Doria I.

NOVELA LA COLMENA PUENTE DORIA

Para que puedas verlo en tu cabeza: imagínate el acueducto de Segovia con menos longitud, más grueso y mucho más alto. Ahora visualiza las arcadas e imagina que están cubiertas con cientos de chapas de metal, haciendo de este colosal monumento un edificio lleno de huecos tapados. 

Su interior es un misterio para muchos, dado que los habitantes que han parasitado el puente durante el último siglo han horadado su estructura interna, de modo que este lugar es todo un entramado de callejuelas, casas, y cuevas donde la luz del sol nunca llega. Es todo un barrio por dentro, lleno de gentes de todo tipo. 

El aspecto externo, por otro lado, parece el de una monstruosa colmena, dado que las chapas tapan las arcadas reflejando luz del sol con un brillo dorado. Y la Colmena es, precisamente, como llaman los habitantes del distrito al Gran Puente Doria I.

Y, claro, si tenemos en cuenta que tiene aspecto de colmena; que el Distrito Central es una analogía de Madrid; y, por último, que los habitantes del interior de la colmena representan un barrio en sí mismo con un entramado de relaciones inherentes, la metáfora es de fácil deducción: La Colmena es mi forma de homenajear la novela homónima de Camilo José Cela.

Me resulta gracioso imaginar una versión de los personajes de La colmena de Cela encarnada en los habitantes de mi mundo, concretamente en un espacio reducido, dentro de un Distrito que refleja Madrid y reclamando además una visión más física, dado el aspecto de puente-colmena.

En fin, para descubrir ésta y otras cosas más puedes hacerte con La historia triste de un hombre justo  pinchando aquí; además, comprando la novela obtendrás una copia digital.

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Ángel G. Olmedo.

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