La orgánica del personaje (Taller de Escritura Creativa III)

En el taller anterior hemos comentado que hay cuatro cosas importantes a la hora de desarrollar un personaje, y que la primera de ellas es el deseo. Hoy vamos a ver el otro rasgo del personaje, concretamente la llamada orgánica del personaje. Esto es muy importante para completar su esfera de diseño, pues es, a diferencia del deseo, un elemento ad extra (hacia fuera): en otras palabras, si el deseo conectaba al personaje consigo mismo y con la trama, la orgánica conectará al personaje con el lector.

Orgánica: el alma

Llamo orgánica a todas las características que hacen al personaje genuino y le dan vida: sus gestos, su voz, su comportamiento, sus pensamientos… Vamos, que la orgánica del pesonaje sería lo que lo dota de alma, de vida.

Pero ¿qué características son de calidad? ¿Existen elementos o algoritmos que funcionen siempre bien? La respuesta no es tan sencilla. Está claro que dependerá mucho de la historia y la ambientación, puesto que el personaje debería ser congruente con el mundo ordinario donde se mueve, así que estas preguntas tendrás que responderlas tú. Sin embargo, para encontrar dichas respuestas, sí te puedo dar dos reglas que considero imprescindibles a la hora de perfilar la orgánica del personaje.

Vida propia: aléjalo del resto

Un personaje orgánico es un personaje con vida propia. Cuando le presentas una escena donde el conflicto está presente, el personaje va a actuar de una forma concreta, incluso contra los deseos de quien escribe. Es decir, se revela incluso contra los propios escritores, porque tiene voz propia. Sus pensamientos hablan por encima de la historia; su acción es genuina, única. Haría, en definitiva, lo que otros no harían.

Para construir una orgánica agradable al ojo lector, se debería dotar de elementos distinguibles al personaje, y con ello no hablo sólo de características físicas, sino también psicológicas, de tal forma que se destaquen tanto una distancia física como mental con respecto a los demás. Es decir, aléjalo del resto, hazlo resaltar con respecto a los otros personajes: ¿tiene un defecto en el habla que contrasta con los demás? ¿Es radical en sus planteamientos y esto le genera problemas sociales? ¿Qué ocurre en su cabeza? ¿Tiene algún secreto innombrable? ¿Un deseo vergonzoso?

Dependiendo de los autores, hay varias dimensiones sobre a las que tienes que pivotar para la orgánica del personaje, pero normalmente son cuatro:

  • Aspecto: Rasgos físicos reseñables.
  • Pensamientos: Qué ideas lo hacen diferente.
  • Voz propia: Derivado de lo anterior, pues los pensamientos definen la forma de emocionarse y expresarse (psicología de Aaron Beck).
  • Acción: Teniendo en cuenta cómo se emociona o expresa, esto derivará en un comportamiento singular.
orgánica del personaje

Esto son sólo cuatro esferas, pero te propongo seis. Te animo a echarle un vistazo a 24 preguntas para crear un personaje, donde quizá encuentres buenas ideas para perfilar su orgánica entorno a seis dimensiones. Recuerda también que una característica contradictoria lo hace más real: una buena técnica es imaginar a alguien que odies y dotarlo de cosas buenas. Aléjate del maniqueísmo.

Muestra, no describas

Pero no sólo son importantes las características, sino cómo las presentas. Un buen truco para transmitir la orgánica del personaje al lector es el de mostrar antes que contar. Si bien es bueno describir en algunos momentos que el personaje está airado, resulta más elegante insuflarlo de pulsos de vida cuando muestras dicha emoción a través de sus puños apretados. Estos gestos, en apariencia tan nimios, son los que lo perfilan y le dan personalidad. Se siente, no sólo se ve.

Ejemplo de orgánica

Te quiero poner un extracto de mi novela, para que veas a qué me refiero. En La historia triste de un hombre justo, Dragos Corneli, el protagonista, recibe una malísima noticia. Esto es lo que nos relata:

«“Qué pena” o algo así dije con mis ojos borrosos mientras seguía asintiendo como un autómata. Y el tiempo pareció acelerarse, que cuando fui a darme cuenta el prelado me dejó a solas en su celda. […] Y me desgarré, y lloré apretando los dientes, destilando la rabia y la pena hasta canalizarlas en mi mandíbula y en mis puños apretados. Y así estuve largo rato, asumiendo la verdad, para que gran parte de las sensaciones que asolaban mi alma ya estuvieran dispuestas a partir fuera de mi cuerpo. Con un suspiro largo abrí relajados mis puños y mi mandíbula, y la pena y la rabia salieron de ellos al exterior con una música renovada».

En este fragmento conocemos que Dragos es una persona reservada que expresa los sentimientos en soledad. Una de sus fuentes de deseo ha sido gravemente perturbada, lo que ha catalizado en fuertes emociones que conectan con el lector. En definitiva, vemos a través de sus gestos y sus emociones parte de su alma expuesta hacia fuera y lo más importante: conectamos con su proceso interno emocional, pasando de la tristeza y la ira al alivio de quien asimila su suerte, desvelando su resiliencia.

Si quieres conocer más a Dragos, te animo a que consultes mi novela en este enlace.

Ejercicio: insufla de vida a tu personaje

¿Te acuerdas del deseo que colocaste en el personaje en el taller anterior? Si no estuviste, échale un vistazo en este enlace.  Pues bien, toma ese deseo y construye a su alrededor la orgánica del personaje atendiendo a dos simples preceptos:

  • Dale al personaje estas tres cosas: una voz propia (forma particular de expresarse), pensamientos diferenciados y un comportamiento disruptivo o destacable. A la postre, dale características físicas que lo hagan contrastar con el resto.
  • Utiliza la técnica «muestra, no cuentes». No sueltes un tostón justificando que el personaje tiene un problema en sus ojos relacionados con la luz; en vez de eso, habla de cómo entrecierra los ojos y gruñe cada vez que la luz del sol baña su rostro. A veces describir está bien, pero si quieres conectar al personaje, muéstralo.

¿Lo tienes? ¿A qué esperas comentármelo? Te animo a participar con tu contribución, pues la llevaré (con tu permiso, eso sí) al taller de escritura que dirijo en mi ciudad para que mis alumnos comenten éstas y más ideas. Y luego te daré feedback.

Un abrazo.

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