Cronología de Ísbar II. Desde el 1403 al 1472

Parexis I

Se dice de Parexis I de la casa Zangrino que fue un monarca déspota y cruel. Tras su subida al trono, las reformas políticas del anterior emperador fueron relegadas a un segundo plano por una administración más ad extra, centrada en cambios tangibles y agresivos en la sociedad. Y como cabe esperar de este tipo de comportamientos políticos, dicha sociedad no acogió bien la brusquedad con la que se dictaminaron las leyes. Tal fue el caso de la Imperial Premática de la Regalía de Aposento, donde se obligaba a quienes tuviesen una hacienda holgada, a ceder parte de ésta en usufructo a la Corona, acogiendo en ella a funcionarios si así fuese necesario. La ley también articulaba que las casas de Ísbar no alcanzasen cierta altura —cosa no muy descabellada si se tenía en cuenta el peligro que conllevaba alzar los edificios por encima de las murallas—, y aquellas que no permitiesen, por la distribución de sus habitaciones, el debido espacio para la intimidad de los funcionarios —las llamadas «casas a la malicia»—, debían pagar un impuesto abusivo. Muchas de estas viviendas, por tanto, fueron expropiadas por la Corona.

Conflicto bélico

Como ha demostrado la historia en incontables ocasiones, este es un buen ejemplo de que cuando un emperador no conoce bien las necesidades de su pueblo, éste puede revelarse contra aquél. Concretamente, esto suele venir de la mano de los burgueses y a través de la palabra de los nobles que administran sus territorios: los distritos de Cortes de Tribunal, Mirtos de Levante, Puertas de Irene y República del Valle promovieron un cisma por las medidas restrictivas sobre la hacienda —Tierrafértil aún no tenía acabadas sus murallas, pero presentó plaza también—. El emperador Parexis no se arredró, y pronto movilizó un contingente de picas secas, coseletes y espingarderos hasta Mirtos de Levante, que fue el primer territorio en revelarse. Y de esta manera, Parexis I Zangrino fue llamado el emperador belicoso.

No obstante, una cosa es ser belicoso y otra muy distinta ser un desjuiciado; afortunadamente, esto último no se aplicaba a Parexis, por lo que el armisticio fue casi preceptivo para no desencadenar una guerra civil. 

Esta tregua dio al Colegio de Príncipes Electores el tiempo suficiente para deliberar en una dieta imperial las prerrogativas de la Corona. Así, se revisaron muchos acuerdos, leyes y deliberaciones previas al carácter impositivo de la última premática imperial, determinando si ésta era totalitaria en extremo. El rey de Bastión de la Colina llegó incluso a amenazar con derrocar a Parexis, dado que tal destitución del emperador era derecho del Colegio, como lo fue su elección para el cargo. Fueron por tanto muchos días de discusiones y tensiones recrudecidas, mientras los ejércitos de Ísbar aguardaban en los barracones. A esto se le sumaba la paralización de muchas de las actividades del país, lo que provocó una crisis financiera de la que la ciudad-Estado no se recuperaría en casi una década. 

Finalmente llegaron a un acuerdo: la dieta, celebrada en el barrio de Altatorre de La Mácula, resolvió que Parexis acabaría sus días como emperador, pero la premática de la Regalía de Aposento sólo se aplicaría en el Distrito Central, como actualmente sigue vigente. Por último, el Colegio, como mandaba la Ley, se vería tras la muerte de Parexis para elegir a un nuevo emperador, con la diferencia de que se revisarían los términos para la elección del mismo. La idea, en un principio, fue blindar la soberanía de Ísbar en los príncipes electores de cada distrito, facilitando la abdicación —en realidad, recusación— del emperador con más facilidad. No fuera que su predecesor fuese aún más belicoso…

Reforma del Colegio de Príncipes Electores y Dinastía de los Kesen

Después de la muerte de Parexis en el año 1425 y tras un periodo interregno de casi unos ocho meses, el Colegio de Príncipes Electores designó a la casa de los Kesen como depositaria de la Corona, revisando así los términos de las leyes. Pero la historia responde a las necesidades sociales y políticas de su época, y aquel proyecto pergeñado sobre la facilidad de mover a los emperadores electos de su cargo fue socavado por la crisis social entre los distritos, que reclamaban una monarquía imperial más fuerte. Este fue, quizá el motivo de tanta tardanza en elegir un nuevo emperador, al que se le dio facultades de establecer línea sucesoria si así lo deseaba, siempre y cuando se recogiera la disposición en su codicilo. Pero esto no terminaría de matizarse hasta unos cincuenta años después, en el que se definirían las facultades definitivas del Colegio de Príncipes Electores.

Lintus I

Lintus I, de la casa Kesen, fue entonces el primero de una brevísima dinastía de emperadores, que se considera hasta día de hoy como un linaje de ilustrados personajes de la historia de Ísbar. Sin embargo, dar tanta soberanía a una sola dinastía tuvo un precio desde el Colegio de Príncipes electores: si antes el monarca elegía su propio valido —un privado ministerial para el despacho de sus asuntos—, uno de los cambios sustanciales asociados al nuevo régimen fue el de que el valido sería ahora una figura de control impuesta por un sistema de regalías de cada distrito. Es decir, el valido sería un cargo que velaría por el cumplimiento de las obligaciones de la Corona, un funcionario colocado cada cinco lustros a través de un sufragio —de carácter económico— determinado por cada distrito, y refrendado por el Colegio. 

Pero a diferencia de su antecesor, Lintus no fue un monarca muy «diligente»; más bien era famoso por sus tribulaciones y su laconismo. Los historiadores coinciden en que su carácter estaba justificado por las presiones burocráticas del momento; tanta fue la presión de su papel que hay registrados hasta dos intentos de abdicación en su hijo Socris I, quien finalmente se coronó de esta forma en el año 1438, mientras el antiguo emperador moriría retirado en su antigua mansión. 

Socris I

Durante los tiempos del emperador Socris I ocurrieron varias cosas relevantes, como el fin de las obras de la muralla de Tierrafértil en el año de nuestro Señor de 1453, dando la exacta configuración de la ciudad actual. También hizo reformas importantes en la música que compondrían los armonizadores, instado por la Santa Iglesia de Ísbar, además de una importante reforma de las universidades.

NOVELA LA COLMENA PUENTE DORIA

La ciudad hermética

Pero no todo fue prosperidad, que se vivieron momentos convulsos en aquellos años. Recordemos que el emperador era el rey de reyes, y que los soberanos de los distintos distritos aún mantenían ciertas cuotas de poder. Una fuerte necesidad por gestionar la administración de una ciudad aun fragmentada por varios reinos, obligó a la Corona a comenzar un proceso de hermetismo que la cerraría al mundo, quizá por el miedo a que los señores de otros distritos establecieran alianzas con el extranjero. Esta decisión, como cabía de esperar, fue ratificada por la Santa Iglesia de Ísbar y el Pontificado allende el mar. Si ya a principios de siglo Ísbar prohibía la entrada de extranjeros, ahora empezaría a hacerse mucho más misteriosa a los ojos del mundo. Algunos cronistas hablan de que «Lintus dejó las Puertas de Irene entreabiertas, mientras que Socris las cerró sin llave».

Pero quien terminaría por fin de echar el candado a todas las puertas de la ciudad sería Aneska de Irene, hija de Socris Kesen, cuya historia política no puede entenderse sin dos de las claves inherentes a la ciudad-Estado: el matrimonio de Aneska con el rey Parexis II de Bastión de la Colina, y la creación de una nueva figura en la armonización: el bardo. En lo que se refiere a la alianza matrimonial, los historiadores coinciden en que es el momento en el que por primera vez podemos hablar con cierta seguridad del Estado de Ísbar —o al menos, un proyecto sólido de país con un corpus jurídico más compacto—. Y en cuanto al tema de la figura del bardo, se hizo necesaria la creación de un instrumento político de carácter religioso que ayudara a gestionar los límites de la armonización: el Santo Oficio de Ísbar.

Pero de eso hablaremos en la siguiente cronología.

LISTA DE EMPERADORES VISTOS HASTA EL MOMENTO

EMPERADORES ELECTOS

Doria I (1330-1355)

Gresnan I (1355-1402)

Parexis I (1402-1425)

–Aquí se establece línea sucesoria–

CASA DE LOS KESEN

Lintus I (1425-1438)

Socris I (1438-1472)

La novela

Mientras tanto, puedes saber más de Ísbar, una ciudad-Estado del tamaño de una provincia, una amalgama de metales grotescos que se hacinan en más de diez distritos, retorciéndose sobre sí misma y sus infinitos callejones. Un asesinato ha ocurrido en la misma corte de los emperadores, aunque nuestra historia se sitúa más de ciento cuarenta años con respecto a esta cronología. Puedes descubrir esta misteriosa trama llena de lances, magia y música en La historia triste de un hombre justo, una estupenda historia de más de 500 páginas por un precio inmejorable.

Volveremos para contar más sobre la historia de la ciudad.

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